Trabajo y salud mental: una relación ganar-ganar

El 10 de octubre pasado se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, fecha que busca cuidar el aspecto psicológico y estado mental de las personas con miras a garantizar su salud integral.

En la actual vida moderna, el trabajo representa un pilar esencial de la existencia de los seres humanos. Además de ser una fuente para generar ingresos económicos, es una vía para que los individuos se desarrollen en términos personales y profesionales.

Asimismo, es importante tener en cuenta que el empleo va de la mano con el bienestar psicológico, por lo que la promoción de prácticas laborales que fomenten el equilibrio y la prosperidad integral son clave en una organización.

En efecto, no se puede desconocer que el trabajo constituye una fuente de realización y autoestima cuando satisface y enriquece a quien lo ejerce. Por el contrario, en la medida que se vuelve tóxico u opresivo puede detonar el estrés y la ansiedad en las personas. Así una sobrecarga de tareas o metas poco realistas, por ejemplo, pueden afectar la salud mental de los colaboradores. Es por ello que debe existir un equilibrio entre empleadores y trabajadores que propicie un ambiente laboral que alimente el bienestar emocional.

Asimismo, y pese a la llegada del teletrabajo, todavía existen muchas organizaciones en donde la presencialidad sigue dominando el escenario laboral, es decir, resulta mucho más valioso el tiempo que la persona pasa en la oficina que la eficiencia y calidad que demuestra al hacer su trabajo. Esta realidad puede, en algunos casos, generar una alta presión y ansiedad en el trabajador sobre todo cuando se debe estar disponible más allá del horario de trabajo. De ahí que incentivar una mayor flexibilidad y el respeto al tiempo libre y vida personal contribuye a una mejor salud mental.

Contar con apoyo emocional y una comunicación de puertas abiertas es otra práctica positiva que se debe considerar para una mejor salud mental de los colaboradores. Tiene que existir libertad para que los trabajadores expresen sus inquietudes y planteamientos, mientras que los empleadores deben ser capaces de escuchar y responder en forma empática, con miras a buscar soluciones.

Establecer programas de bienestar o fomentar prácticas centradas en el autocuidado es otra forma de contribuir en una organización a la salud mental de los colaboradores. En este sentido, resulta crucial que sean los propios trabajadores quienes den prioridad a su bienestar, ya sea respetando los horarios laborales, no llevando trabajo para la casa y realizando actividad física que les permitan distraerse, eliminar tensiones y compartir con los colegas o amigos.

Abordar este tema con una mirada amplia y en donde todos ganen es una enorme oportunidad para mejorar el ambiente laboral y el bienestar integral de los colaboradores, permitiendo que el empleo y la salud mental puedan convivir armónicamente.