Sin duda, la pandemia del Covid-19 se tradujo en su momento en un cambio rotundo en la manera en que trabajábamos y nos relacionábamos. Las limitaciones impuestas por las autoridades para desplazarnos- dada la emergencia sanitaria que vivíamos- nos obligaron en gran medida a refugiarnos en nuestros hogares, mientras las organizaciones de las que formábamos parte trabajaban contra el tiempo para implementar el trabajo remoto y seguir operando. Si hasta se dictó una ley en el país que daba vida al teletrabajo y trabajo remoto.
Todo ello permitió descubrir que la tecnología y la voluntad del ser humano podían lograr cosas impensadas, casi sin límites. La gran mayoría de nosotros hablaba en esos meses de las ventajas y beneficios del trabajo remoto: adiós a los desplazamientos, más tiempo para uno, mayor bienestar para la familia y elevada productividad eran algunas de las consignas.
Posteriormente, en la medida que la situación lo iba permitiendo, y teníamos más libertad para movernos, muchas organizaciones comenzaron a implementar el modelo híbrido. Es decir, la combinación del trabajo presencial con el remoto, ya sea en turnos de 1x 4, 2×3, etc. Hoy, a casi dos meses de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya declarado el término de la emergencia sanitaria internacional por el Covid-19, muchos se estarán preguntando ¿qué se impondrá en el futuro: el trabajo en la oficina o a distancia?
Si bien ambos formatos tienen aspectos positivos, quisiera destacar que la presencialidad está adquiriendo cada día una mayor relevancia. De hecho, algunas investigaciones de la Universidad de Harvard, Universidad de California y del MIT, entre otras destacadas instituciones, sostienen que el trabajo en la oficina contribuye a una mayor productividad.
Adicionalmente, otros estudios indican que mejora la comunicación entre los miembros de una organización y facilita el aprendizaje de los colaboradores en el tiempo. Y es que al concurrir a la oficina los empleados pueden conversar cara a cara y mirarse a los ojos para intercambiar ideas y conocimientos, discutir proyectos, abordar problemas y buscar soluciones, compartir anécdotas, etc., de una manera directa y completa, lo cual contribuye a acrecentar la pertenencia e identificación de ellos con la cultura organizacional.
Esta cercanía y calidez que entrega la presencialidad a la vez ayuda al aprendizaje de los trabajadores, pues gracias a la interacción en terreno se pueden desarrollar habilidades, aclarar dudas, corregir errores y adquirir nuevos conceptos de una manera más natural y rápida.
Si bien esta discusión no está cerrada aún, podemos observar que los Millennials (nacidos entre 1981 y 1993) y la Generación Z (nacidos en 1994 en adelante) se muestran más partidarios del teletrabajo y de la modalidad híbrida, mientras que los Baby Boomers (1946-1964) y la Generación X (1965-1981) prefieren el trabajo en la oficina.
Rosario Nte. 100, Of. 501. Las Condes, Santiago.
Antonio Bellet 444, Of. 203. Providencia, Santiago.
Av. Américo Vespucio 2680, Of. 34. Conchalí, Santiago.
Gabriela Mistral 2490, Of. 5. Temuco.
La Fábrica Commercial Hub, Of 206. Ruta 225 Km 1,5. Pto Varas
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