Desde la consultora HumanNet analizaron los actuales cambios que está experimentando la sociedad y su impacto en los perfiles de profesionales requeridos.
Sin lugar a dudas, nos encontramos en un mundo cada vez más hiperconectado, con relaciones más horizontales y abiertas a la vez, más propias de una red que de una estructura piramidal jerárquica, y donde además hay actores con distintos roles y responsabilidades, que responden a objetivos comunes y tienen interdependencia también.
Adicionalmente, con las nuevas herramientas tecnológicas y de comunicación social, a través de plataformas digitales que permiten el contacto instantáneo entre personas que están distanciadas físicamente (en distintos lugares en todo el orbe), la humanidad ha adquirido el acceso abierto a un sinfín de nuevas posibilidades, las cuales se relacionan con la información noticiosa, el conocimiento, la auto instrucción, la recreación, etc. y, en definitiva, con la forma de relacionarnos y coordinarnos unos con otros. Es lo que algunos conocen como Habilidades Socio-Digitales.
Andrés Cardemil, Director de HumanNet, manifiesta que junto con lo anterior
“Las actividades económicas se han vuelto más colaborativas y, en consecuencia, las empresas deben transformarse también en esa dirección. El espacio físico desde donde realizar el trabajo está dejando de importar como lo era antaño, así como también la distancia física o geográfica para poder relacionarse”.
El ejecutivo agrega que en esta nueva “Economía Colaborativa” en la que estamos insertos – y dentro de una sociedad que sin quererlo viene acentuando la existencia de la individualidad propia, pero a su vez dentro de una Red Colectiva- los profesionales deben considerar las habilidades que se están volviendo cada vez más importantes a la hora de desempeñarse con éxito en sus roles, dentro de los nuevos paradigmas que están naciendo.
En este sentido, Andrés Cardemil señala que son 10 las habilidades primarias deseables de cultivar en el nuevo contexto laboral, sobre todo porque el mundo que viene no será el mismo que conocimos:
- Pasión por lo que se Hace. Cuando lo que hace una persona no le gusta, o le desagrada, es muy probable que el resultado de ello no sea el óptimo, ni siquiera el que ella misma busca o quisiera. En cambio, cuando los individuos disfrutan haciendo lo que hacen, cuando lo pasan bien realizando su trabajo, y su motivación proviene más desde su interior que desde factores exógenos, la probabilidad de que el resultado sea de alta calidad aumenta drásticamente. “La pasión, el entusiasmo por lo que haces, es el ingrediente nuclear para el logro de tus propósitos. Basta con analizar la famosa frase: “Encuentra un trabajo que te guste, y no tendrás que trabajar ningún día más de tu vida”, comenta el Director de HumanNet.
- Mente Abierta. Estar desprovisto lo más posible de prejuicios, o de supuestos preconcebidos, prepara de mejor manera para incorporar nueva información, o sea, nuevos conocimientos. El situarse con Mente Abierta frente a lo desconocido, también facilita disminuir los miedos. Estar en una actitud de apertura, dará a una persona más posibilidades de aumentar sus habilidades esenciales para moverse ágilmente y con flexibilidad en escenarios de cambio e incertidumbre, en donde a partir de sus propias convicciones, podrá integrar de mejor manera la natural diversidad existente. Hoy, ser flexible es mucho más efectivo que ser rígido.
- Pensamiento Positivo. Si miramos de forma negativa todo lo que sucede en el entorno, sobre todo en tiempos de cambios intensos y abruptos, nos será mucho más difícil detectar “oportunidades” cuando estas se presenten. Es más, si nos invade el pensamiento negativo, la probabilidad de que seamos ciegos ante reales oportunidades, es demasiado alta. “Está comprobado que cuando empiezas a mirar el vaso medio lleno, en vez de mirarlo siempre medio vacío, la energía que te invade potencia tu creatividad y comienzas a atraer más y mejores soluciones a problemas que parecían antes no tener remedio”, sostiene el experto.
- Escucha Empática. Escuchar, escuchar y escuchar, no hablar. “Nos referimos acá, a una Escucha Activa, con todos los sentidos, no sólo con la audición, sino que también con la capacidad de observar con atención todo lo que pasa fuera de nosotros. Escuchar a otra persona, con real empatía, implica comprenderlo, no sólo dejar de hablar, si no que significa intentar mirar la realidad como lo hace esa otra persona”, expresa Cardemil. Hacer el real ejercicio de “ponerse en sus zapatos”, y observar la realidad desde el punto de vista del otro supone abandonar, aunque sea de momento el propio punto de vista, para mirar con los ojos del otro. Esta habilidad esencial es muy poderosa, y dará una llave maestra para ampliar la propia perspectiva.
- Tolerancia y Aceptación. Hay cosas que podemos cambiar, y hay otras que no podemos cambiar. Frente a esto último, un individuo puede revelarse, oponerse y probablemente sufrir. O bien, puede empezar a comprender que no es todopoderoso para cambiar todas las cosas que no le gustan y volcarlas a su antojo. Una estrategia efectiva, es practicar la “aceptación” de aquello que uno no puede cambiar. Por ejemplo, la incertidumbre de lo que pasará mañana, no se puede cambiar, porque simplemente nadie tiene “certeza” del futuro. Por ello, resulta más conveniente y práctico el aprender a aceptar. “Automáticamente, te vuelves más tolerante y te frustras menos. Tener la sabiduría y humildad para comprender que no lo sabemos todo, ampliará tu mirada sobre la realidad y tendrás más recursos. Por tanto, es más eficiente y menos desgastante emocionalmente el practicar la Aceptación”, asevera.
- Confianza y Colaboración. Para avanzar en un entorno de Incertidumbre elevada, debemos aprender a confiar. No se puede estar todo el tiempo desconfiando de todo y de todos/as. Es necesario cultivar la Confianza, pues es la única manera de comenzar a colaborarnos unos a otros. Más aun en este nuevo mundo que encontraremos post Pandemia. No confundir eso sí, la capacidad de “confiar más”, con ser “confianzudo” o hasta muy ingenuo en ocasiones. La Confianza es una forma de valentía también, pues permite alejarse del miedo a lo desconocido. Cuando uno confía, avanza. Cuando uno no confía o tiene temor, se paraliza. “Es necesario aprender a confiar con valentía, para así también aportar a una cultura de la colaboración. Eso requerirán los líderes de los equipos de trabajo en la Compañías del siglo XXI. Menos miedo, y más confianza es lo recomendable”, indica.
- Foco en el Presente. El pasado ya se fue, y el futuro aún no existe. Por tanto, lo único real, lo único cierto, es el presente. Por ello, estar centrados en el presente, permite que la mente gaste la energía en lo que realmente existe, y desde ese punto de vista, es una optimización de energía. Vivir pensando en lo que pasó, o en que si no hubiera pasado esto o aquello sería todo mucho mejor, es tremendamente ineficiente, por no decir inútil y estéril. Así como también, vivir planificando mucho el futuro, podría distraer a una persona de importantes prioridades que hoy necesitan ser resueltas y que, si no se resuelven ahora, será mucho más difícil alcanzar ese futuro que se imaginó o visualizó como un estado deseado al cual llegar.
- Capacidad de Apreciar y Gratitud. Los nuevos líderes interactivos de esta nueva sociedad serán personas que cada vez más destinan un tiempo a apreciar y agradecer lo que tienen, porque cuando aquello que acostumbras a tener lo pierdes, el impacto y el dolor por la pérdida te pueden desestabilizar a tal punto de perder la razón. Por ello, se dice que la gratitud es mágica, sobre todo en un Universo abundante donde a medida que aprecias, valoras y agradeces lo que tienes, extraña y mágicamente te llega más.
- Organización y Método. Para que las ideas y las cosas estén en cierto orden, es necesario que utilicemos racionalmente los recursos que tenemos, y por cierto se debe analizar y emplear métodos ya probados para Planificar, y así luego poder controlar el cumplimiento de objetivos y metas que se hayan definido. Los gerentes y administradores de procesos, sin duda, deben mantener las actividades organizadas, para que los miembros de sus equipos puedan trabajar colaborativamente y de manera sinérgica. El orden permite optimizar recursos, y cuando estos deben ser restringidos para su correcta utilización, también se requieren procesos estratégicos que respondan a métodos claros y definidos.
- Resiliencia y Perseverancia. Una actitud y espíritu resiliente se cultiva cuando una persona comprende que los tropiezos, las caídas e incluso el fracaso, son efímeros. “Por tanto, después de caer siempre podrás levantarte si te lo propones. Si estás cansado ya de un ambiente donde todo te parece ser abrumador y agobiante, es posible que te quedes tendido en el suelo. Cuando comprendes que más importante que saber que te caíste, es el hecho de cuántas veces pudiste levantarte y salir fortalecido, con más experiencia y con más recursos para enfrentar futuros desafíos, empiezas a robustecer tu capacidad de adaptación”, puntualiza el Director de HumanNet.