Estrés financiero: La razón de los dolores de cabeza e insomnio de muchos trabajadores
Procrastinación, falta de claridad para tomar decisiones acertadas, ausentismo, problemas físicos e interpersonales, son los efectos del estrés financiero que impactan en la vida laboral.
Muchos dicen que no existe salud sin salud mental. Y si nos remitimos a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta refiere que es un estado de bienestar en tres dimensiones: físico, mental y social.
En los últimos años se ha comenzado a hablar sobre el estrés financiero, que si bien está relacionado con el ámbito económico, repercute en todos los aspectos de la vida, por ejemplo, en el trabajo.
De hecho, el Reporte de Bienestar Financiero 2023, realizado por Invested, indica que las personas pasan en promedio 10 horas con 48 minutos durante el día preocupadas por su situación financiera. Pensar en esto, para muchos es lo equivalente a una jornada laboral de tiempo completo.
El estrés derivado de angustias relacionadas con el dinero no es una situación menor ya que las personas reportan afectaciones físicas o mentales por esta situación, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi).
Los datos del estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), revelan que el dolor de cabeza es el padecimiento más frecuente por estrés financiero, tanto en mujeres (34.3%), como en hombres (24%).
Pero la lista de afectaciones que provoca es larga, incluso en relaciones interpersonales:
- La falta de sueño
- Gastritis/colitis
- Cambios en la presión arterial
- Problemas alimenticios
- Problemas con familiares-amistades-trabajo
Estrés: el doble impacto
Al respecto, Yunue Cárdenas, directora de Menthalising, explica que el estrés financiero, al igual que otros tipos de estrés crónico, tienen un impacto significativo en la neurobiología del cuerpo y la mente de humanos.
Y es que, dice, el estrés financiero activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, una de las principales vías de respuesta al estrés en el cuerpo y se genera un proceso que termina con la liberación del cortisol, la principal hormona del estrés.
La forma en que el cuerpo reacciona al cortisol es aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la disponibilidad de glucosa en la sangre. Mientras que en la mente, se genera ansiedad, depresión, deterioro cognitivo, problemas de sueño.
El estrés financiero no solo afecta el cuerpo y la mente, sino que también puede perpetuar un ciclo de retroalimentación negativa, así lo explica la directora de Menthalising:
- Decisiones financieras: El deterioro cognitivo y emocional puede llevar a malas decisiones financieras, agravando aún más el estrés financiero.
- Relaciones sociales: puede tensar las relaciones interpersonales, reduciendo el apoyo social y aumentando la sensación de aislamiento.
- Salud general: La combinación de problemas físicos y mentales puede llevar a un deterioro general de la salud, reduciendo la capacidad de trabajar y generando más problemas financieros.
La procrastinación en el trabajo y malas decisiones
Yunue Cárdenas advierte que el estrés financiero puede tener un impacto significativo en el entorno laboral. “Los empleados que están preocupados por sus finanzas tienden a experimentar mayores niveles de ansiedad y distracción, lo que reduce su productividad y afecta su rendimiento. También pueden tener más ausencias y menor satisfacción laboral lo cual afecta la moral general del equipo y la cultura organizacional”.
Un estudio realizado por la American Psychological Association (APA) encontró que el dinero es una fuente importante de estrés para el 72% de los adultos.
De acuerdo con la psicóloga Claudia Simonte, uno de los efectos más frecuentes del estrés financiero en el trabajo es la procrastinación.
Desde la perspectiva de la neurociencia, explica, la ansiedad activa la amígala, una parte del cerebro que se encarga de procesar las emociones y las respuestas al estrés. Cuando la amígdala está hiperactiva, la capacidad para tomar decisiones racionales y lógicas se ve comprometida, lo que puede llevar a acciones impulsivas o a la parálisis por análisis.
Esto significa que la toma de decisiones, que se requieren en algunos puestos de trabajo, no es la adecuada, no se piensa con claridad cuando el estrés financiero está metido en la cabeza.
La consultora Mercer identifica que cinco de cada 10 personas trabajadoras se encuentran agobiadas por sus deudas financieras. Además 20% admite que por lo menos de cuatro a seis días laborales se encuentran pensando en soluciones a sus problemas financieros.
“Una persona con estrés financiero no podrá rendir al máximo en su trabajo, ya que, al destinar varios días de la semana a pensamientos y preocupaciones financieras, no podrá ayudar a generar mayor valor a su empresa, a diferencia de quienes tienen una buena salud en sus finanzas”, señala la Condusef.
Las empresas pueden ayudar a reducir el estrés financiero
Yunue Cárdenas explica que las empresas tienen un papel crucial para mitigar este estrés a través de programas y beneficios que apoyen la salud financiera de los empleados.
“Invertir en el bienestar financiero de los empleados no solo mejora su calidad de vida, sino que también promueve un entorno de trabajo más productivo y positivo. Esto es esencial para el éxito a largo plazo de cualquier organización”, considera.
La encuesta Impacto de la situación económica en el empleado y su estrés financiero, realizada por la Organización Internacional de Directivos de Capital Humano, refiere que 80% de los colaboradores percibe que su empleador hace poco o nada por ayudarlos.
Para 74% la ayuda en concreto es el ajuste periódico de sus salarios, pero no se percibe como un beneficio, sino como una obligación.
También 10% de los colaboradores afirmó que sus empleadores brindan charlas educativas o de asesoramiento financiero, mientras que otro porcentaje similar dice que ofrecen beneficios financieros.
Algunas medidas que pueden abordarse desde las organizaciones para ayudar a los colaboradores, de acuerdo con Yunue Cárdenas son:
- Educación: Ofrecer talleres y recursos sobre gestión financiera.
- Asesoramiento: Proveer acceso a asesores financieros que puedan ofrecer orientación personalizada.
- Beneficios: Implementar planes de ahorro para la jubilación, préstamos a bajo interés y programas de asistencia financiera.
- Flexibilidad laboral: Ofrecer opciones de trabajo flexible para equilibrar las responsabilidades laborales y personales.
- Salarios competitivos y equitativos: Asegurar que los salarios sean justos y competitivos.
¿Qué pueden hacer los trabajadores?
Por su parte, Claudia Simonte, recomienda que los trabajadores generen estrategias para manejar la ansiedad financiera como:
- Mindfulness y meditación: La práctica de mindfulness y la meditación pueden reducir la actividad de la amígdala y aumentar la función del córtex prefrontal, que es responsable de la toma de decisiones y el control de impulsos.
- Descomposición de tareas: Dividir las tareas financieras en pasos más pequeños y manejables. Esto reduce la carga cognitiva y hace que cada tarea parezca menos abrumadora, disminuyendo la tendencia a procrastinar.
- Automatización Financiera: Configurar pagos automáticos para las facturas y ahorros. Esto reduce la necesidad de tomar decisiones repetitivas y evita olvidos que pueden causar ansiedad adicional.
- Educación Financiera: Incrementar el conocimiento financiero puede empoderarlos y reducir la ansiedad relacionada con la incertidumbre. Comprender conceptos básicos de finanzas personales ayudará a tomar decisiones más informadas y reducir el estrés.
La especialista considera que al entender cómo influye la ansiedad provocada en el comportamiento, se pueden implementar estrategias que permitan disminuirla y mejorar considerablemente, ya que estos merman el bienestar emocional y capacidad para tomar decisiones acertadas.
En HumanNet sabemos que el bienestar de los colaboradores es clave para lograr un alto compromiso, motivación y rendimiento en ellos, lo que se traduce también en una disminución de la rotación del talento.