El proceso de onboarding es una excelente estrategia para evitar pérdidas económicas, optimizar la contratación y fidelizar talento, ya que reduce sustancialmente el tiempo que tardan los profesionales en integrarse a sus nuevos roles, incluso comenzar a ser productivos desde la incorporación, agilizando el desempeño en sus nuevas funciones.

El objetivo del onboarding es que las personas se sientan integradas y parte de la compañía desde el inicio, para ello es importante generar el one to one, compartir sinergias y conocerse entre sí, generar confianza y tener un foco común para saber dónde tenemos que ir, por qué y cómo.

Un buen proceso de onboarding permite reconocer el impacto que genera el profesional dentro de la organización y la manera en la que éste se identifica con los valores y cultura de la misma; también dar cuenta del match entre los valores del profesional y de la compañía teniendo en cuenta que las nuevas generaciones pisan fuerte y demandan derechos y condiciones diferentes y son capaces de renunciar en cualquier momento, algo que antes no sucedía tan a menudo.

Evitar la rotación es el principal problema en RR.HH. Por ello hay que poder fidelizar el equipo. “Según Harvard Business Review, casi el 33% de nuevas contrataciones busca un nuevo empleo durante los primeros 6 meses, por lo cual es importante realizar exitosamente la incorporación del profesional ya que se pueden perder el 80% de las nuevas incorporaciones, lo que significa mucho dinero. El costo de reponer a una persona que se va, puede llegar a ser su salario bruto anual y hasta cuatro veces su salario si se habla de directivos o mandos intermedios”.

Tendencias de Onboarding en 2022:

  • Generar confianza, calidad y transparencia.
  • Proveer formación continua con los recursos y materiales necesarios.
  • Generar reuniones, desayunos o comidas con pequeños equipos y líderes para la integración y adaptación a la cultura empresarial.
  • Programas de mentorización: Asignar un mentor que sea la persona de referencia y soporte a la que acudir, esto mitiga la ansiedad e incertidumbre de superar los primeros objetivos y de ser aceptado por sus actuales compañeros de trabajo.
  • Medir el onboarding para poder evaluar su incidencia y resultados.

 

Centrarse en la propuesta de valor que da la empresa (lo que ofrece la compañía), la del manager (generar confianza, desarrollo de carrera y formación) y la que da el candidato (profesionalidad, compromiso y motivación) son pilares fundamentales y tienen que estar en coordinación.

Un exitoso proceso de incorporación logrará convertir a los nuevos empleados en embajadores de la compañía motivados, fidelizados y comprometidos, capaces de llevar la marca y el talento a otro nivel.

A diferencia de la inducción, que es un proceso de corta duración, de carácter general, con foco en lo informativo y que se realiza en un solo sentido (desde la compañía hacia el colaborador), un programa de Onboarding se caracteriza por tener una duración mayor, ser más planificado, completo, personalizado y por implicar una fuerte interacción entre la organización y el nuevo empleado”, manifiesta Andrés Cardemil, CEO y fundador de HumanNet.