Cómo superar las cinco formas en las que la falta de compromiso perjudica la carrera laboral
Ser un personaje secundario en tu trabajo no solamente afecta tu crecimiento profesional futuro, sino que además te desmotiva. Cómo identificar si estás desconectado, y motivarte para volver a sentir compromiso.
Si te sentís desconectado de tu trabajo, no sos el único, y podrías estar perjudicándote sin quererlo. La falta de compromiso puede ser perjudicial para tu bienestar, y también limitar tu carrera profesional, especialmente si te consideran mediocre o poco importante.
La falta de compromiso se convirtió en algo tan frecuente que dio lugar a una nueva expresión, especialmente entre los gamers y la Generación Z: decirle a alguien NPC (por sus siglas en inglés, non playable character) es un calificativo que hace referencia a los personajes no jugadores de los videojuegos.
Los NPC son los personajes que no son controlados por los usuarios y que son elementos poco influyentes en la trama. Se comportan con acciones repetitivas programadas y sin pensamientos ni motivaciones propios.
Aunque los insultos no son constructivos, es importante prestar atención a cómo te perciben. Comportarte de forma que aumente tu credibilidad y reputación positiva, puede incrementar tu éxito. En ese camino, es necesario evitar la falta de compromiso, que además de ser limitante para tu carrera, también te resta felicidad y bienestar.
Por suerte, hay medidas que podés tomar para mantenerte comprometido, garantizar tu integridad y ampliar las recompensas en tu trabajo, al mismo tiempo que evitás que te etiqueten como un NPC.
Probablemente no estés mostrando compromiso
Gran parte de los empleados carecen de engagement. De hecho, el compromiso se encuentra en su nivel más bajo en 11 años, con una de cada tres personas en la organización luchando por motivarse. Según Gallup, el 17% de las personas dicen estar activamente desvinculadas y sólo el 30% dicen estar muy comprometidas.
La falta de compromiso está vinculada a resultados negativos para las empresas, como la reducción de la productividad, la retención y la innovación.
Pero lo que es más importante, la falta de compromiso también está vinculada a consecuencias negativas para los propios empleados. Cuando uno está desvinculado, tiene más probabilidades de enfrentarse a obstáculos en su crecimiento profesional, problemas de salud mental, desplome físico e incluso una menor capacidad para hacer amigos.
Cómo saber si estás desconectado
Para saber si realmente estás desconectado de tu tarea, y cómo reajustarte a ella, analizá los siguientes puntos:
1 – Te falta energía o impacto: una de las principales formas de saber si estás desvinculado es si te falta energía y te sentís cansado. Esto también está estrechamente relacionado con el agotamiento. Los síntomas principales son sentirse apático, atrapado e ineficaz. Pensás que tus esfuerzos no importan realmente y que no estás haciendo nada significativo.
La gente que te rodea se da cuenta rápidamente tus niveles de energía, porque todos preferimos trabajar con quienes están más motivados y son más positivos. Todo el mundo tiene altibajos, pero tu nivel general de energía es una señal de tu engagement.
Podés volver a comprometerte recordándote a vos mismo cómo afecta tu trabajo a otras personas del equipo e incluso al cliente o la organización. No importa lo insignificante que te parezca, cuando tus compañeros de equipo esperan tu entrega o confían en tu aporte, significa que importás. Formás parte de un proceso que, en última instancia, afecta a las personas que compran el producto o se benefician del servicio que presta la organización.
2 – Te faltan ideas nuevas: otra señal menos conocida de falta de compromiso es cuando no tenés nuevas perspectivas o ideas innovadoras. Si te encontrás repitiendo lo mismo en cada reunión, o si sentís que estás atascado en el mismo tema, es posible que esté desconcentrado.
Podés volver a comprometerte buscando desafiarre a vos mismo y aprender algo nuevo. No vas a ser inspirador si no estás inspirado. Y es posible refrescar tu perspectiva leyendo nueva información, escuchando podcasts, asistiendo a una clase o conociendo a personas que te den nuevos puntos de vista. Con esta variedad de información y aportes, podés conectar los puntos con tu trabajo y generar nuevas ideas.
3 – Estás atascado en tu trabajo: a veces, estar demasiado tiempo en el mismo trabajo también puede ser señal de desconexión. Estás realizando la misma tarea durante mucho tiempo, y eso le desmotiva debido a la repetición. Por tu desmotivación, no tomás medidas para hacer algo diferente o para impulsarte hacia la siguiente oportunidad, es un círculo vicioso.
Irónicamente, justo cuando te falta energía para encontrar algo nuevo, es cuando deberías hacerlo. Si llevás mucho tiempo en el mismo trabajo, pero te sigue resultando interesante, es algo bueno. Pero si llevás años en el mismo trabajo y te está arrastrando, quizás llegó el momento de hacer un cambio.
Podés reconectarte hablando con personas que desempeñen otras funciones y obteniendo ideas para el trabajo que te interesen. Una opción tradicional es considerar empleos que estén en el siguiente nivel de la jerarquía, pero también es sensato considerar empleos paralelos al tuyo.
Quizá te encuentres en Recursos Humanos y surja una nueva oportunidad en Comunicaciones Corporativas que tenga similitudes además de potencial de crecimiento. O quizá estás en Finanzas y aparece un nuevo trabajo en Marketing Digital que requiere habilidades analíticas relevantes y evaluación de impactos financieros. Buscar nuevas alternativas puede darle vida a tus niveles de motivación.
4 – Hacés lo mínimo y necesario: otro signo inequívoco de falta de compromiso es si te conformás con lo mínimo o te aprovechás de yu jefe o de equipo. Éstas son vías rápidas para perder credibilidad e integridad, así como para perjudicar las relaciones del equipo y tu propio autoestima. Aunque puede parecer ideal tener un trabajo tranquilo en el que no tengas que esforzarte demasiado, en realidad es perjudicial para tu bienestar.
No tener suficiente que hacer (o no esforzarte) puede desgastarte. Todos tenemos el instinto de importar, así que si no te esforzás, podés sentirte abatido, deprimido o incluso devaluado.
Una forma de volver a comprometerte es encontrar el sentido y volver a esforzarte. Asegurate de hacer un seguimiento, para que los miembros del equipo puedan confiar en vos. Sugerí soluciones a los problemas o preguntale a tu líder cómo podés ayudar en un nuevo proyecto.
Aunque esto puede parecer mucho trabajo, en realidad te ayudará a sentirte menos agobiado. Uno tiende a ser más feliz cuando hace cosas que te gustan y cuando siente que está contribuyendo.
5 – Tus relaciones decaen: lamentablemente, justo cuando más las necesitás, la falta de compromiso puede interponerse en tus relaciones con los demás. Tener unos buenos amigos es fundamental para los resultados de tu salud, ya que afecta a todo, desde el bienestar mental hasta los riesgos de padecer enfermedades cardiacas, cáncer y demencia. Y el trabajo es un lugar primordial en el que tendemos a sentirnos vistos, reconocidos y enfocados.
Hacé el esfuerzo de conocer y tener un buen vínculo con tus compañeros, eso va a ayudarte a volver a sentir compromiso y motivación, incluso agrado, por trabajar. Charlá antes de una reunión, invitalos a tomar un café, pedí consejos o tutorías. Las relaciones son el camino hacia tu propio bienestar, y también brindan la oportunidad de que la gente te conozca, valore y comprenda todo lo que aportás a la organización.
Evitá ser un personaje secundario o NPC
Volver a sentir la chispa por tu trabajo, comprometerte y encontrar el compromiso es posible teniendo en cuenta estas recomendaciones. Evitar que te vean como un personaje NPC, o alguien no relevante para la organización, puede ser fundamental para impulsar tu carrera profesional a futuro y mostrar tu valor. Lo más importante es hacer el esfuerzo y dar lo mejor de vos mismo, mejorar tu credibilidad, felicidad y camino hacia el éxito.
En HumanNet creemos que el compromiso de los colaboradores con su organización es clave para un buen ambiente laboral, alta productividad y baja rotación.