Los 10 principios del liderazgo estoico: cómo ayudan a mejorar el estrés, las decisiones y el trabajo en equipo
Entre las diversas prácticas y filosofías que resurgen como guías valiosas, el estoicismo se destaca por su practicidad y profundidad.
Vivimos metidos en un entorno empresarial caracterizado por constantes cambios y desafíos, en los que la búsqueda de un liderazgo eficaz y resiliente se ha vuelto crucial. Las empresas de todo tipo y tamaño están buscando más que jefes: necesitan líderes que se hagan cargo, que sepan inspirar y motivar a sus equipos. Y colaboradores auto-emprendedores en cada uno de sus roles laborales.
Entre las diversas prácticas y filosofías que resurgen como guías valiosas, el estoicismo se destaca por su practicidad y profundidad. Con raíces en la antigua Grecia, esta corriente ofrece principios que no solo han perdurado a través de los siglos, sino que también se aplican de manera sorprendente a las dinámicas del liderazgo contemporáneo.
Hay diez principios del liderazgo estoico que pueden convertirse en herramientas poderosas para transformar la gestión empresarial y de equipos, proporcionando una guía integral para líderes en busca de sabiduría y efectividad. También son útiles para colaboradores en las empresas y para mandos medios en busca de un mayor equilibrio en sus roles, y en sus vidas personales.
Qué es el estoicismo
El estoicismo es una filosofía helenística fundada por Zenón de Citio en Atenas alrededor del año 300 a.C. Esta escuela griega de pensamiento propone que la virtud es el único bien verdadero y que la felicidad se alcanza mediante la armonía con la naturaleza y la aceptación de lo que no podemos controlar.
Esta corriente surgió en un periodo de la historia que se extiende desde la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. hasta la conquista romana de Grecia en 146 a.C. Durante esta era, conocida como la Edad Helenística, la influencia griega se expandió ampliamente por todo el Mediterráneo y el Cercano Oriente.
Es reconocida como una de las principales escuelas filosóficas de su tiempo, cuyos referentes se centraron en temas prácticos y éticos, adaptando y desarrollando ideas que podían aplicarse a la vida cotidiana.
Sus exponentes principales son Zenón de Citio, reconocido como el fundador del estoicismo, que enseñaba en el Pórtico Pintado de Atenas; Epicteto, un esclavo liberado que enseñó que la filosofía debe ser práctica y aplicable a la vida diaria a partir de sus propias experiencias de vida; Séneca, estadista y tutor de Nerón, conocido por sus cartas y ensayos sobre la moral y la ética, y Marco Aurelio, Emperador romano y autor de las «Meditaciones«, un texto personal de reflexión filosófica.
Los pilares fundamentales del estoicismo
Hay varias piedras fundamentales de esta filosofía, que conviene conocer antes de ir a los principios estoicos del liderazgo. Aquí los revisaremos brevemente:
- Dicotomía del control: Se basa en tener la habilidad de diferenciar entre lo que podemos controlar (por ejemplo, nuestros pensamientos y acciones) y lo que no podemos (las acciones de los demás y los eventos externos).
- Virtud como suficiencia: Para el estoicismo, la verdadera riqueza y satisfacción provienen de vivir virtuosamente, entendiendo la virtud como sabiduría, coraje, justicia y templanza.
- Razón y naturaleza: Vivir de acuerdo con la razón y en armonía con la naturaleza, aceptando el orden natural del universo.
- Apátheia (no confundir con apatía; se puede traducir como ser imperturbables): Mantener la tranquilidad emocional y no ser perturbado por las pasiones y deseos irracionales.
Por qué el estoicismo ha cobrado más vigencia en occidente en la última década
El notable resurgimiento del estoicismo en la última década puede atribuirse a su aplicabilidad en tiempos de incertidumbre y estrés. Un ejemplo de esto es en las redes sociales e Internet, donde hay miles de contenidos relacionados con lo estoico, y millones de personas que adoptan principios de esta filosofía para conducir sus vidas.
En cuanto a las empresas, estos puntos de referencia ofrecen herramientas prácticas para manejar la presión y mantener la claridad mental. Figuras contemporáneas como Ryan Holiday, autor, entre otros, de “El ego es el enemigo”, han popularizado esta filosofía a través de sus escritos, conectando los antiguos principios con los desafíos modernos.
Además, el creciente interés en la salud mental y el bienestar ha llevado a muchos a buscar filosofías que promuevan la resiliencia y el autocontrol, valores centrales del estoicismo.
10 principios estoicos aplicables al liderazgo moderno
Como una forma de síntesis desde la filosofía estoica aplicable a líderes de equipos, ya sea en el mundo privado, público y en organizaciones sociales, he condensado estos diez principios que pueden ayudar a conducir a las personas, y a nuestra propia vida, con mayor asertividad y equilibrio:
Gestionar las emociones:
Si bien las emociones no se pueden controlar, porque irrumpen y no se pueden frenar, es posible gestionarlas de una forma asertiva. El principio de buscar ser imperturbables frente a lo que sucede, implica eliminar la reacción o sobre-reacción automática que generalmente podemos tener.
Al hacerlo, se puede mantener una observación más precisa, mantener la calma y tener mayor objetividad frente a situaciones adversas.
Algunas herramientas para practicar este punto: Incorporar el autodominio emocional, enfocándote en observar en vez de reaccionar. También, técnicas de respiración profunda y la meditación diaria para fortalecer la autodisciplina emocional.
Claridad de propósito:
En el liderazgo es fundamental tener una visión clara y alineada con los valores personales y organizacionales. Cuando se logra identificar un propósito compartido, líderes y colaboradores trabajan más conscientes del sentido del equipo.
Como herramientas, sugiero definir metas con toda precisión, a corto y largo plazo y revisa regularmente si tus acciones están alineadas con ellas.
Dicotomía del control:
Un tema frecuente del liderazgo es tener la mente ansiosa, proyectando un futuro incierto, pensando que de esa forma se podrá controlarlo. La idea estoica es que puedas entrenarte para enfocarte en lo que se puede controlar y aceptar lo que no.
Una forma de hacerlo es que escribas una lista diaria de preocupaciones, divídelas en controlables (lo que depende de ti, y tú puedes accionar) y no controlables (lo que no depende de ti en forma directa, y tú no tienes influencia sobre esas cosas). El siguiente paso es actuar solo sobre las primeras.
Resiliencia:
Este término, que proviene del mundo de la física, explica que un objeto sometido a presión puede volver a su forma original cuando aprende a sobrellevarla. En lo humano, la resiliencia se despierta justo en el momento de crisis, de lo imprevisto y donde surgen los grandes desafíos.
Un concepto más reciente es el de la antifragilidad, que es el poder interno de prepararse previamente, con desarrollo personal, para contar con más herramientas de afrontamiento frente a lo que pudiese suceder. No es vivir asustados por lo que aún no ha ocurrido, sino, como dice su creador, Nassim Taleb, es robustecer el espíritu interno para que, cuando las cosas pasen estemos mejor preparados.
Una forma de entrenar la resiliencia es extraer el aprendizaje de cada dificultad, convirtiéndolo en oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, al final de cada día, reflexiona sobre los desafíos que tuviste, pequeños y grandes, y anota las lecciones aprendidas. Esta dinámica te llevará a poner tu mente en soluciones, en lugar de problemas.
Sencillez:
La sencillez estoica se basa en el principio de soltar todo lo anexo y superfluo; de limpiar la vida, el liderazgo y la mente preocupada, priorizando lo esencial y evitando las complicaciones innecesarias.
Para lograrlo, puedes empezar como líder simplificando la agenda, reduciendo la cantidad de reuniones innecesarias, teniendo economía de palabras cada vez que comunicas, y enfocándote principalmente en las tareas que realmente aportan valor a tus objetivos.
Adaptabilidad:
La adaptabilidad cognitiva es la forma de disponerse a cambiar y ajustar las estrategias según las circunstancias. La científica en conducta Carol Dwek explicó claramente la diferencia entre una mente fija versus mentalidad de crecimiento. En esta última, puedes abrir posibilidades, desplegar la curiosidad y aprender constantemente, desaprendiendo lo que ya no necesitas.
Como líderes estoicos, puedes fomentar una cultura de flexibilidad y apertura al cambio en tu equipo, promoviendo el feedback continuo, promoviendo mejores argumentaciones en vez de un contundente “no se puede” o un “aquí se hizo siempre así”. Einstein decía que “La mente es como un paracaídas: sólo funciona si se abre.”
Práctica diaria:
Puedes tomar todos los cursos de liderazgo del mundo y leer miles de libros: el asunto es que practiques lo que estudias. Porque si no implementas hábitos y rutinas que refuercen los principios estoicos, serás un líder de enciclopedia, sin resultados.
Cada estoico de este tiempo dedica un breve tiempo cada mañana a la reflexión y planificación, y cada noche a la revisión y ajuste de sus acciones.
Auto-reflexión:
Asociado al principio de desarrollo y observación consciente, es importante en el liderazgo evaluar regularmente el propio comportamiento y decisiones. Incluso en situaciones de desafío y crisis, el actuar con paciencia, con estabilidad interna, y no dejándote llevar por las reacciones emocionales automáticas, te centrará y traerá mayor posibilidad de encontrar salidas.
Una herramienta útil es la que se conoce como journaling: consiste llevar un diario donde registres brevemente tus pensamientos, aprendizajes y decisiones. Al escribirlas a mano, vas a poder tomar perspectiva y analizar los resultados periódicamente. Esto te permitirá saber cómo estás forjando tu temple estoico, qué momentos sientes como más críticos y cómo reencauzarlos a tiempo.
Liderazgo basado en tu ejemplo:
Los estoicos tienen muy marcado un sentido de valores y principios que predican, y que se apoyan y afirman en actitudes y comportamientos concordantes. Vivir de acuerdo a ello te trae más calma, serenidad, congruencia personal y profesional, y, a su vez, se transforma en faro de luz clara hacia tu entorno.
Quienes deseen ser líderes estoicos, no significa que deben actuar impávidamente frente a las situaciones; sino que la clave está en no sobre implicarse emocionalmente en situaciones que se pueden regular de otra manera.
Una forma de implementarlo es tener mayor transparencia y coherencia entre lo que piensas, sientes, dices y haces. Así se te verá con integridad y compromiso.
Servicio a los demás:
La filosofía estoica tiene un componente fundamental, que es el compartir conocimiento, prácticas y experiencias de vida, con el fin de elevar la consciencia y ser útiles no sólo para los fines personales, sino del conjunto de los demás. Por ejemplo, la sociedad, la empresa donde trabajamos, la familia, el círculo de colegas y amistades.
Una clave de servicio estoico para líderes es la de fomentar una cultura de cooperación y apoyo mutuo dentro del equipo. Cuando las personas confían en esa red, se entregan más abiertamente, y pueden compartir intereses, propósitos y valores que van más allá de lo puramente laboral.
Si, como líder estoico, quieres servir más y mejor, además de lo puramente operativo y directivo, empieza practicando más la escucha activa y a demostrar empatía hacia los miembros de tu equipo, promoviendo el bienestar colectivo. Unos ejemplos prácticos: hacer preguntas, más que dar consejos; asegurarte de tener conocimiento de cómo están las personas en aspectos salientes de su vida, no sólo en el trabajo; observar y preguntar, en vez de suponer. Con estas tres claves aumentas el poder de conexión de tu liderazgo, y te enfocas en acompañar a las personas no sólo en un plano ejecutivo, sino, más importante aún, lo humano.
Entonces, por más publicaciones que veas en las redes sociales, el liderazgo estoico no es una simple moda, sino una filosofía con profundas raíces históricas y una relevancia renovada en este mundo contemporáneo. Cuando incorpores y practiques lo suficiente cada uno de los diez principios, avanzarás un escalón ascendente en tu calidad al conducir personas.
Como bien dijo Marco Aurelio, «La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos»; en el liderazgo, esto se traduce en decisiones y acciones fundamentadas en la virtud y la sabiduría, pilares esenciales para cualquier líder que aspire a dejar una huella duradera.
En HumanNet pensamos que el liderazgo es clave para el éxito de una organización, pues representa la energía necesaria para guiar y motivar a sus colaboradores, con miras a alcanzar las metas y objetivos establecidos.