La IA te puede ayudar más de lo que crees: 5 claves para ahorrarte tiempo cada día – HumanNet

La IA te puede ayudar más de lo que crees: 5 claves para ahorrarte tiempo cada día

ChatGPT acaba de celebrar su primer año, pero muchos usuarios aún no saben cómo hablar con este ni ningún otro ‘chatbot’. Estas son las claves para hacerlo y que ofrezcan los mejores resultados posibles

ChatGPT acaba de celebrar su primer año. En este tiempo, el chatbot de OpenAI se ha convertido en la punta de lanza de la inteligencia artificial generativa, provocando que Microsoft hiciera una inversión de 10.000 millones en la empresa o que Google tuviera que meter un acelerón a Bard, un proyecto de naturaleza muy similar. No han sido los únicos. Incluso Elon Musk está preparando su propia herramienta, Grok. Sin embargo, en no pocas ocasiones el usuario medio no consigue una respuesta que esté a la altura de sus expectativas, y eso es algo que suele tener solución.

«Hablar con una máquina se va a convertir en una de las habilidades más importantes en los próximos años«, explica Sergi Ortiz, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y fundador de Shimoku, una startup de IA que ofrece servicios a empresas. «La cualidad de preguntar y obtener resultados va a tener un peso increíble», adelante.

De hecho, hasta ya ha surgido una profesión en torno a los chatbots, los prompt engineers, cuya traducción habitual suele ser ingenieros rápidos o ingenieros de peticiones (prompts). Es decir, personas que saben qué pedir a la IA para que les dé justo lo que quieren o, al menos, el mejor resultado posible. No obstante, y aunque no te vayas a dedicar profesionalmente a esto, las tácticas de estos especialistas utilicen pueden ayudarte en tu día a día.

Víctor Mollá lleva meses ofreciendo cursos a particulares y empresas en los que explica cómo dar estas instrucciones para mejorar la productividad. «Hay que enseñar a trabajar con grandes modelos de lenguaje, no solo con ChatGPT, porque así luego se puede usar con todos los chatbots que hay en el mercado», defiende este especialista, que también reconoce que, por ahora, «los modelos de OpenAI son mucho mejores que la competencia». En su caso, recomienda el uso de GPT-4, solo disponible mediante suscripción de pago a ChatGPT, para tener los mejores resultados, pero los consejos que vienen a continuación son extensibles a cualquier otro chatbot o modelo de lenguaje.

Ve al grano

La falta de concreción suele ser uno de los grandes problemas a la hora de tener un resultado satisfactorio. «Hay que ser muy claro y específico con lo que preguntas. No hay que utilizar los circunloquios que solemos utilizar muchas veces para conversar entre nosotros, sino ir al grano», comenta Javier Recuenco, experto en inteligencia artificial de Immune Technology Institute. «Los chats gestionan muy mal la ambigüedad o determinadas cuestiones semánticas, como los matices», apunta.

Además, agrega, si quieres dar una instrucción un tanto completa, lo mejor es que la dividas en varias sencillas. «Lo más importante es practicar, darle vueltas… Son herramientas muy agradecidas en términos de experimentación, porque muchas veces sorprenden a la hora de hacer ciertas particularidades», enfatiza, destacando que «no suele haber diferencias significativas a la hora de dar órdenes a distintos chatbots«.

No te rindas a la primera

Uno de los fallos más habituales es que, ante una o dos respuestas poco satisfactorias, se cierre el chatbot. «Si le pones un prompt rápido y tardas 10 segundos, es normal que le cueste. Sin embargo, si le dedicas cinco minutos con una buena parrafada, te puedes ahorrar una hora de trabajo», defiende Mollá.

Ortiz también está de acuerdo en este punto, recalcando que «no se trata de hacer una pregunta perfecta, sino de establecer una conversación». Aquí subraya que «no es tan distinto a conseguir que una persona que quieres que te dé cierta información». De hecho, cree que es algo que puede ser beneficioso a la hora de mejorar la comunicación con humanos.

«Es una forma de darte cuenta de que igual cuando hablas con otras personas no les estás dando toda la información necesaria y, por eso, no tienes las respuestas que esperas. La IA va a traer cosas malas, pero esta puede ser una de las buenas», sostiene, enfatizando que «nos va a hacer más detallistas, y los que mejor detallen trabajarán mejor en estos sistemas».

Ofrece todo el contexto que puedas

Lo anterior tiene relación con un asunto clave, y es que la IA solo sabe sobre ti lo que tú quieras contarle. Por eso, es clave ofrecer tanto contexto como puedas para tener los mejores resultados. «Son modelos que generan texto en función de la probabilidad para dar mejor respuesta; a mayor contexto, mayor probabilidad», recuerda este especialista, que pone un ejemplo básico: «El ejemplo más claro es el nombre. Si no le dices nada, es casi imposible que acierte. Pero si le dices por qué letras empieza o acaba, es probable que lo consiga».

Es algo que se puede aplicar a casos de uso más habituales. «En lugar de pedir algo tan general como que haga una propuesta de dieta, le puedes indicar que te lo explique como si fuera un nutricionista, que sea baja en calorías, la edad que tienes, si haces deporte…», desarrolla. De hecho, la adopción de distintos tontos es clave para un buen resultado. «Hay que jugar con el tono y decirle que responda de manera formal, creativa, detallada, casual, académica… Lo que necesites», agrega Recuenco, que recuerda que el chatbot de Bing, alimentado por GPT, ya pregunta por esta cuestión nada más abrirlo.

Los chats tienen memoria, así que aprovéchala

Otra de las claves para el manejo de estas herramientas de IA generativa está en la memoria de cada chatbot«La máquina se queda con todo lo que dices», recuerda Ortiz. Sin embargo, para eso tienes que mantener abierta una conversación, ya que cada vez que abres una nueva, esta se reinicia. Por eso, se recomienda que dediques cada una a una tarea determinada. Por ejemplo, si quieres que escriba como tú, lo mejor es que le expongas varios textos escritos por ti mismo para que se empape de tu estilo y, después, pedir que lo imite.

«Los chatbots funcionan muy bien a la hora de alimentarlos con tu propio material. Yo lo he hecho y no lo clava aún del todo, pero sí que es capaz de detectar un estilo de escribir, giros verbales, la forma de presentar la información… Está preparada para detectar las sutilezas de la escritura, sobre todo, si tiene un estilo marcado», desarrolla Recuenco.

Ahí es donde, por ejemplo, se puede aprovechar para forzar un determinado razonamiento. «Le puedes pedir que te explique por qué ha dicho algo. Hace que el modelo se esfuerce en mostrar una solución de mejor calidad», dice Mollá.

Una última cosa: cuidado

«Preguntes como preguntes, la posibilidad de que te venda una moto siempre estará presente«, dice por su parte Julio Gonzalo, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que lleva años trabajando con distintos modelos de lenguaje como GPT. «Está demostrado que frases como ‘respira hondo y piensa dos veces’ hacen que conteste con más corrección. También que apelar a sus sentimientos (inexistentes) mejora las respuestas, como si le dices que ‘es muy importante para mí tu respuesta», expone.

Aun así, Gonzalo considera que «todo eso no son más que ruidos colaterales del hecho de que esté completando con las palabras más probables en función de su corpus de entrenamiento». «Espero que estos sistemas mejoren hasta el punto de que de igual cómo formules tus preguntas, siempre que sea de forma clara y sin ambigüedades. Lo demás es como las técnicas de SEO para posicionarte en Google: pan para hoy y hambre para mañana», zanja.

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