¿Cómo mejorar tu CV para encontrar un trabajo mejor o conseguir un ascenso? – HumanNet

¿Cómo mejorar tu CV para encontrar un trabajo mejor o conseguir un ascenso?

La pasión llega a la oficina, pero no es la que estás pensando, sino la que buscan los más prestigiosos cazatalentos. Porque ser apasionado se ha convertido en un valor al alza para las empresas, que buscan candidatos tan entusiastas en su desempeño profesional como en su vida cotidiana. Pero, ¿es posible sentir pasión por todo lo que hacemos? ¿Qué delgada línea separa esa actitud de la adicción?

«Me encanta el proceso de búsqueda de recetas nuevas e investigarlas. He escrito mis experiencias con el horneado durante los últimos tres años… Soy una persona orientada hacia los detalles y me encantan los aspectos científicos de la cocina. Pero también soy una persona muy sociable y utilizo mi amor por la gastronomía como una oportunidad para reunirme con amigos y familiares». Así parodia la revista The Economist la tendencia a recrear en los currículos y procesos de selección cualquier ocupación en clave pasional.

Ahora, decir «me gusta la cocina» ya no basta. El cine, la lectura o los deportes, sin más, tampoco. Hoy se lleva hacer rafting o paracaidismo y, si lees, debes hacerlo en la lengua original, por supuesto. De igual modo, la profesionalidad y la experiencia se quedan cortas si no se combinan con el entusiasmo: la clave de un buen candidato está en la pasión con la que hace las cosas.

Porque ese sentimiento se ha convertido en el requisito más demandado en la carrera profesional. Es la palabra protagonista de las plataformas de búsqueda de empleo en un mundo laboral complejo, que requiere cada vez más entrega. De hecho, este término ha crecido en los curriculum vitae de un 2% a un 16% entre 2007 y 2019, según una investigación de Jon Jachimowicz y Hannah Weisman, de la Harvard Business School, que analizaron más de 200 millones de ofertas de trabajo.

Las cualidades que más se valoran en los procesos de selección de las empresas

Los investigadores comprobaron que lo que antes se consideraba una afición –la lectura, estar en contacto con la naturaleza, visitar exposiciones de arte, practicar deporte– hoy debe mostrar un lado de audacia, riesgo, diferenciación. Esta información, con una evidente nota de esnobismo, funciona también como un factor diferenciador de la clase social y da pistas veladas sobre el tipo de relaciones que tiene el candidato o los círculos en los que se mueve en su esfera privada.

Se puede comprobar rápidamente al repasar perfiles de LinkedIn, donde candidatos de todos los niveles quieren mostrar, ante todo, su alto grado de compromiso. El mismo que, una vez dentro de una organización, en el día a día, debe transmitirse como entusiasmo para conservar el puesto.

Sin embargo, la pasión, esa nueva protagonista de nuestra vida laboral, puede ser equilibrada u obsesiva. Y, a pesar de lo que pueda parecer, el compromiso no es más importante que las competencias.

«La importancia de la pasión tiene que ver con el estilo actual de management –explica Ester Carrera, executive director de la empresa de headhunting Michael Page–. Hace 20 o 15 años, ese estilo era más directivo, más autoritario. Ahora se valora tener en cuenta la opinión del equipo, que se puedan proponer cosas, poner sobre la mesa tus cualidades y habilidades reales».

Los profesionales deben ser apasionados y solo quieren trabajar en empresas en las que se sientan escuchados, en las que florezca su personalidad. «El cambio se ve también en algo tan sencillo como la manera de vestir, que ahora está más vinculada a la manera de ser», señala. «La pasión siempre suma, está ligada a la motivación y a la energía y, cuando una empresa piensa en contratar a alguien, el hecho de que aporte y tenga ganas es muy positivo», continúa Carrera.

Sin embargo, el apasionamiento no encaja con todos los perfiles. Cuando se trata de financieros o ingenieros, el compromiso se expresa más con términos como organizado, orientado a resultados o detallista. «Está vinculada con la creatividad, la innovación y los resultados. Evidentemente, es importante tener la templanza necesaria para saber equilibrar las cosas y respetar la diversidad del equipo. Frente a una persona apasionada, también es bueno que haya alguien más estructurado. Hay que buscar equipos diversos y completos».

Pero pasión no sólo significa entusiasmo, es también una manera de nombrar dos cualidades que los equipos de Recursos Humanos buscan en un mundo cambiante: flexibilidad y resiliencia. Es decir, compromiso en todos los escenarios.

Qué buscan las empresas a la hora de encontrar un candidato perfecto

El contexto es incierto, los perfiles, los jefes, las empresas pueden cambiar a gran velocidad y hay que adaptarse rápidamente. Una personalidad entusiasta es clave cuando lo que era cierto ayer, no lo es hoy. Muchas personas quieren trabajar en lo que les gusta y las empresas quieren trabajadores comprometidos con lo que hacen. El match parece perfecto.

«Sin embargo no es posible mostrarse siempre motivado –explica el consultor Jordi Alemany, autor de Liderazgo imperfecto (Azimut)–. Un estudio de la Universidad de Montreal, que tiene un departamento especializado en motivación y pasión en el trabajo, señala que sólo un 4% de quienes persiguen su pasión terminan trabajando en lo que les apasiona». El problema es que ese sentimiento es esquivo y abstracto. «Es etéreo y efímero, va y viene, tiene un efecto montaña rusa, porque depende del entorno», dice el experto.

Parece que la pasión no es fácil de mantener, pero sí es clave en un mundo donde la seducción se aplica también a la búsqueda de empleo. «Las empresas han cambiado su discurso y también los candidatos. Hay que humanizarlo para hacerlo atractivo, estamos en la era de las emociones –explica Alemany–. Las empresas siempre han buscado lo mismo: resultados económicos. Pero en situaciones difíciles necesitan más compromiso».

no es fácil encontrar trabajadores que encajen. Las crisis han vuelto precarios muchos puestos y han desmotivado a una generación que entraba en el mercado. De ahí, otro argumento de la pasión: la rentabilidad.

«Las empresas saben que los apasionados son más rentables», señala Maria Luisa Moreno Cobián, estratega en la búsqueda de empleo y fundadora de zumodeempleo.com. « Una actitud apasionada aumenta la productividad, reduce los errores, los tiempos… todo es positivo. Pero, no hay que perder de vista que las empresas no están montadas para que el empleado tenga pasión y, a menudo, los trabajadores apasionados son más susceptibles de sobrecargarse. Se piensa que con su pasión tienen suficiente recompensa», reconoce.

Sin embargo, es un hecho que los entusiastas reciben más feedback positivo por parte de sus jefes, más promociones y oportunidades de formación. Un estudio de la Columbia Business School señala que incluso llorar puede ser bien visto, porque la sentimentalidad se relaciona con la pasión.

Pero, entre tanto lenguaje hiperbólico y, a menudo, impostado, las empresas siguen buscando candidatos realistas, con cualidades como la capacidad de innovación, la flexibilidad, la adaptabilidad, la colaboración y, muy importante, un liderazgo basado en la escucha activa y en la resolución de problemas.

Exceso de pasión en el trabajo y diferencias entre hombres y mujeres

«Intento trabajar con mis clientes reduciendo al mínimo los adjetivos, porque el seleccionador termina por no ver la pasión como algo diferenciador –sostiene Moreno Cobián–. Por eso, hay que tratar de ser lo más objetivo posible cuando uno se analiza. Lo importante sigue siendo demostrar los resultados. Además, el exceso de pasión puede crear problemas en un equipo, que puede sentir que alguien que acapara la actividad les hace quedar mal». Entonces, la pasión se convierte en un elemento disruptivo, no cohesiona. Además, existe diferencia entre hombres y mujeres a la hora de definir su faceta apasionada. «En ellos, se ve como positivo; en ellas puede tener una connotación negativa y tendemos a ocultarla».

Quizá por eso, como sostiene el consultor Jordi Alemany, el camino no es llevar la pasión al trabajo, sino convertir el trabajo en pasión. «Para ello, el divulgador David Epstein dice que debemos encontrar una ocupación en la que sintamos que hacemos las cosas bien y confiemos en nuestras capacidades. Además, te deben reconocer; así es más probable implicarse con energía. Y también es importante la autonomía, la sensación de que trabajamos para nosotros mismos, que nuestro jefe nos deja tomar decisiones. Por eso es importante el teletrabajo. El problema es que aquí se sigue apostando por la presencialidad y el control».

Pero la pasión también puede nublar el juicio. Uno de los malentendidos más comunes en un mundo laboral que no quiere perder el control es el exceso de trabajo. ¿ Son los apasionados, en realidad, workaholics? El problema se presenta cuando los empleadores se aprovechan de esa manera de mostrar la pasión: trabajar horas y horas, sin descanso. Los responsables se sienten más libres de encargarles proyectos o, incluso, limitar su tiempo de ocio.

Aunque el entusiasmo con visos patológicos no es bueno ni para el trabajador ni para la empresa, a veces hay una delgada línea entre una cosa y otra. Atender llamadas los fines de semana, renunciar a una cita por un encargo de última hora, dar vueltas en la cabeza a fechas de entrega e informes… El perfil del entusiasta es parecido al del adicto.

Sin embargo, los expertos señalan que es un error primar el compromiso sobre la competencia. El empleado que se presenta voluntario para todo puede no ser el más adecuado. Los responsables pueden también dejarse cegar por este entusiasmo y facilitar oportunidades de promoción a quienes más se significan, pero no tienen cualidades necesarias. Las consecuencias para los equipos pueden ser catastróficas. Por eso, los psicólogos invitan a distinguir entre la pasión armónica, que hace que alguien se comprometa y disfrute de su trabajo, y la obsesiva, que no siempre se controla.

En HumanNet consideramos que la pasión que una persona inyecte día a día en su trabajo es clave para que pueda desarrollar una brillante carrera profesional, pues ese sentimiento se verá reflejada en cada tarea y función que lleve a cabo en el tiempo.

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